Julio César Aparicio, director de Tecnología de CADE: “Las ayudas del CDTI Innovación y los fondos FEDER nos han permitido acelerar el paso del laboratorio al mercado en nuestro proyecto de gasificación supercrítica”
Apoyada por CDTI Innovación y cofinanciada con fondos europeos FEDER, la empresa albaceteña CADE Soluciones de Ingeniería desarrolla una tecnología pionera de gasificación supercrítica capaz de transformar residuos orgánicos húmedos en biometano e hidrógeno renovable, contribuyendo a la transición energética y la economía circular
Fundada en 2003 por dos jóvenes ingenieros con una clara vocación tecnológica, CADE Soluciones de Ingeniería se ha consolidado como una empresa referente en el ámbito de la ingeniería y la tecnología industrial aplicada a la energía, la descarbonización y la Industria 4.0. Con sede en Albacete y presencia en Madrid, la compañía cuenta con cerca de un centenar de profesionales especializados y una trayectoria que supera los 2.500 proyectos ejecutados para más de 300 clientes en sectores como el energético, petroquímico, industrial o manufacturero.
“Desde nuestros inicios hemos apostado por un modelo de negocio global, innovador y de alto valor añadido, que combina ingeniería, tecnología y sostenibilidad”, explica Julio César Aparicio, director de Tecnología de CADE. Esta estrategia ha permitido a la compañía establecer una sólida presencia internacional desde 2010, con exportaciones que representan entre el 15% y el 30% de su facturación y proyectos en Europa, Estados Unidos y la región MENA.
Entre sus clientes se encuentran grandes corporaciones como BP, CEPSA-MOEVE, REPSOL, NAVANTIA o TECNICAS REUNIDAS, lo que refleja la confianza en su capacidad técnica y su compromiso con la innovación.
La empresa ha diversificado sus líneas de actividad hacia la ingeniería avanzada, la consultoría técnica especializada, el suministro de equipos y sistemas industriales y la transformación digital de la industria a través de su línea Agile-Smart-Factories (ASF). En todos estos ámbitos, la I+D+i ocupa un papel central: CADE destina alrededor del 10% de su facturación anual a investigación y desarrollo, y gestiona sus proyectos de innovación bajo la norma ISO 56001, recurriendo tanto a financiación propia como a programas nacionales y europeos.
En este contexto, las ayudas del CDTI Innovación y los fondos europeos FEDER han sido un impulso determinante para que la compañía desarrolle soluciones disruptivas orientadas a la transición energética. Uno de sus proyectos más emblemáticos en esta línea es la gasificación supercrítica (SCWG) para la producción de biometano e hidrógeno renovable.
El potencial de la gasificación supercrítica
El proyecto SCWG (Supercritical Water Gasification) se centra en el desarrollo de una tecnología capaz de convertir residuos orgánicos húmedos en gases renovables de alto valor, como el hidrógeno y el metano.
“La gasificación supercrítica utiliza el agua presente en los residuos como reactivo y medio de reacción en condiciones de alta temperatura y presión. De este modo, descompone la materia orgánica en un gas limpio y renovable con gran eficiencia”, explica Aparicio.
A diferencia de otros procesos térmicos convencionales, la gasificación supercrítica opera con tiempos de residencia muy cortos, del orden de segundos a pocos minutos, lo que permite alcanzar una alta conversión del carbono a gas en sistemas compactos, modulares y energéticamente eficientes.
Una de sus principales ventajas es la capacidad de tratar corrientes orgánicas complejas y con contaminantes difíciles, incluyendo microplásticos, residuos farmacéuticos o patógenos, logrando además la recuperación de agua y compuestos inorgánicos valiosos, como el fósforo, con posible aplicación como fertilizante. “SCWG ofrece una vía eficiente y ambientalmente sostenible para la valorización de residuos orgánicos húmedos, contribuyendo directamente a la economía circular y a la transición energética”, subraya el director de Tecnología.
Ampliar el horizonte de los residuos aprovechables
El proyecto aborda una amplia gama de materias primas potenciales: lodos y digestatos de depuradoras, residuos agroindustriales, residuos sólidos urbanos, desechos cosméticos, macroalgas o incluso plásticos. La selección de estos materiales depende de su composición fisicoquímica y de criterios de operación, priorizando aquellas con un alto contenido en materia orgánica.
“Una biomasa homogénea en composición y tamaño de partícula ayuda a garantizar la estabilidad del sistema y maximizar el rendimiento del proceso”, explica Aparicio.
Entre los avances más relevantes del proyecto se encuentran las mejoras en eficiencia energética, especialmente mediante la recuperación de calor de corrientes de baja y alta temperatura, así como la optimización de la conversión de carbono a gas. Además, se ha logrado recuperar sales inorgánicas, agua y compuestos de valor, reforzando el impacto ambiental positivo y la sostenibilidad del proceso.
“Estamos demostrando que esta tecnología no solo genera energía renovable, sino que también reduce significativamente los residuos y las emisiones asociadas, cerrando el ciclo de los recursos”, destaca el responsable tecnológico.
Desafíos técnicos y soluciones innovadoras
El desarrollo del proyecto SCWG ha planteado diversos retos técnicos derivados de la heterogeneidad de los residuos y de las condiciones extremas de operación del proceso. Uno de los principales desafíos es el flujo constante de estos residuos sólidos hacia el reactor a alta presión y temperatura.
“Para superar esta dificultad realizamos una caracterización previa de cada muestra, evaluando su bombeabilidad, densidad, viscosidad y precipitación de sales”, detalla Aparicio. Este análisis permitió identificar las condiciones óptimas para evitar bloqueos y garantizar la estabilidad del sistema.
Otro desafío importante fue el bajo contenido de materia orgánica en ciertos residuos líquidos, lo que limitaba la producción de gas. Para abordar ambos desafíos, CADE desarrolló soluciones específicas para la gasificación de residuos líquidos concentrados y de residuos sólidos, un enfoque diferencial respecto a otros desarrolladores internacionales.
Ciencia aplicada y colaboración estratégica
El proyecto SCWG se ha beneficiado de una estrecha colaboración con el Instituto de Energías Renovables (IER) de la Universidad de Castilla-La Mancha, que aporta su experiencia en análisis fisicoquímicos de materias primas y productos de gasificación, así como en el estudio de los mecanismos de corrosión de los materiales utilizados en el proceso.
“Esta colaboración científica nos ha permitido avanzar en el conocimiento de los materiales, optimizar la selección de las biomasas y mejorar el comportamiento del sistema en condiciones extremas”, afirma Aparicio.
La sinergia entre investigación académica e ingeniería aplicada es, según el responsable de Tecnología, una de las claves del éxito del proyecto. “Sin el apoyo de la investigación universitaria y las ayudas públicas a la I+D+i, proyectos de este nivel de complejidad no serían posibles”, sostiene.

Instalaciones de CADE vinculadas al proyecto de gasificación supercrítica
Impacto ambiental y transición energética
La tecnología de gasificación supercrítica desarrollada por CADE se alinea plenamente con los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), el paquete europeo Fit for 55 y la estrategia REPowerEU, orientadas a la reducción de emisiones y la sustitución de combustibles fósiles.
“La producción de biometano e hidrógeno renovable a partir de residuos evita la liberación de metano a la atmósfera y reduce las emisiones de CO₂. Además, transforma residuos difíciles de gestionar en recursos energéticos y materiales de valor”, explica Aparicio.
Este enfoque permite a CADE contribuir a varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre ellos el ODS 7 (energía asequible y no contaminante), el ODS 9 (industria, innovación e infraestructura) y el ODS 12 (producción y consumo responsables).
El papel del apoyo público en la innovación
Para la compañía, el respaldo recibido a través de ayudas de CDTI Innovación, cofinanciadas con fondos FEDER, ha sido clave para llevar a cabo la investigación y validar el potencial industrial del proyecto.
“Estas ayudas son esenciales para seguir investigando y desarrollando tecnologías. Nos permiten acelerar el paso del laboratorio al mercado y fortalecer nuestro posicionamiento tecnológico”, señala Aparicio.
Además, el impacto de estas ayudas trasciende el ámbito técnico: fomentan el empleo cualificado, la retención de talento y la competitividad de las empresas tecnológicas españolas. “Contar con financiación pública que reconozca la calidad técnica y la viabilidad de los proyectos es un aval fundamental, especialmente cuando se trata de tecnologías emergentes con gran potencial de impacto ambiental y social”, subraya el director de Tecnología.
Perspectivas de futuro
CADE prevé que la gasificación supercrítica alcance un grado de madurez industrial en los próximos cinco años. “Nuestra visión es posicionar a España como un referente en esta tecnología, capaz de aportar soluciones a los retos de la gestión de residuos y la producción de energía renovable”, afirma Aparicio.
Los primeros sectores en adoptar la tecnología serán los vinculados a las plantas de biogás y depuración de aguas, aunque la empresa prevé expandir su aplicación a industrias agroalimentarias y químicas.
A medio plazo, CADE trabaja también en la síntesis de combustibles renovables a partir del gas generado en el proceso. “El CO₂, CO y H₂ presentes en el syngas podrán emplearse para producir eMetanol o metano sintético, contribuyendo a la descarbonización del transporte y la industria”, explica.
Según Aparicio, Francia podría convertirse en el primer país europeo en aplicar la tecnología SCWG a escala industrial, aportando gases renovables a su red nacional, mientras que en España se están dando los primeros pasos para su implantación.
“Estamos convencidos de que la gasificación supercrítica marcará un antes y un después en la valorización de residuos y en la producción de energía limpia”, concluye.
CDTI Innovación
El Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, CDTI E.P.E. es una empresa pública dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, cuyo objetivo es la promoción de la innovación tecnológica en el ámbito empresarial. La misión del CDTI es conseguir que el tejido empresarial español genere y transforme el conocimiento científico-técnico en crecimiento globalmente competitivo, sostenible e inclusivo. En 2024, en el marco de un nuevo plan estratégico, el CDTI proporcionó más de 2.300 millones de euros de apoyo a empresas y startups españolas.
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