Ariana Martín CEO y cofundadora de Roseo Eólica Urbana: “Gracias al apoyo del CDTI Innovación y de los fondos europeos MRR hemos podido avanzar hacia la industrialización nuestras soluciones y acelerar la expansión de la energía eólica urbana”
La startup Roseo Eólica Urbana está desarrollando, con apoyo del CDTI Innovación y los fondos europeos MRR, un plan de negocio para llevar al mercado sus pioneras soluciones de energía eólica urbana que permiten evaluar, aprovechar y gestionar el viento de los edificios como un recurso energético limpio, silencioso y eficiente
En pleno proceso de transición energética, la búsqueda de nuevas formas de generar energía limpia y descentralizada es más urgente que nunca. Si la energía solar fotovoltaica ha conquistado los tejados, ahora la eólica urbana se abre camino para aprovechar otro recurso inagotable: el viento de las ciudades.
En este contexto, Roseo Eólica Urbana ha desarrollado una tecnología capaz de transformar el viento urbano en electricidad de manera eficiente y sostenible. El proyecto comenzó en 2017 en la Escuela de Ingeniería de Éibar, donde se llevaron a cabo años de investigación en energías renovables. Fruto de ese trabajo, la empresa nació en 2020 con el objetivo de llevar la energía eólica al entorno urbano y convertirla en una fuente real de generación limpia y distribuida.
Su equipo fundador detectó una oportunidad que hasta entonces había pasado desapercibida: el viento urbano. Como bien explica Ariana Martín, CEO y cofundadora de la empresa: “Durante nuestra etapa de investigación identificamos un recurso energético desaprovechado, principalmente por las limitaciones técnicas y estructurales de los aerogeneradores convencionales”.
Socios de Roseo junto a Rosbi y Anemoi en el entorno real
La misión de Roseo está definida: acercar la energía eólica a las ciudades y entornos urbanos para promover un modelo de generación distribuida que reduzca la dependencia de la red eléctrica y acelere la transición hacia un sistema más sostenible y descentralizado. “Queremos transformar ese potencial del viento urbano en una fuente real de energía limpia”, resume Martín.
Con esta visión, la compañía se propuso desarrollar tecnologías que integrasen la eólica en los entornos urbanos sin alterar su arquitectura ni generar molestias acústicas. El resultado de esto son Rosbi y Anemoi, dos soluciones tecnológicas complementarias que permiten evaluar, aprovechar y gestionar el viento urbano como un recurso energético viable.
Innovación para aprovechar el viento urbano
El primer desarrollo de la compañía fue Anemoi, una herramienta tecnológica que analiza el comportamiento del viento urbano teniendo en cuenta las características orográficas de cada entorno. Su funcionamiento se basa en un método de calibración propio que combina sensores IoT, modelos estadísticos y simulaciones a microescala para ofrecer una radiografía precisa del potencial eólico de cada edificio o zona.
Prototipo de Anemoi en entorno real (Puerto de Bilbao)
“Anemoi aporta un valor añadido a la estrategia energética de cada cliente, ofreciendo una visión completa y práctica del recurso eólico urbano. Su enfoque integral permite tomar decisiones informadas en áreas donde el viento es un factor clave”, explica Martín.
Por otro lado, el segundo pilar de la compañía es Rosbi, un aerogenerador modular diseñado para integrarse directamente en cubiertas de edificios. Su diseño no necesita mástil, apenas genera ruido o vibraciones y se adapta estéticamente a la arquitectura.
“Hemos desarrollado un sistema de concentradores que incrementa hasta un 270% la velocidad del viento incidente, lo que mejora notablemente la eficiencia energética”, destaca la CEO. Además, Rosbi puede hibridarse con sistemas fotovoltaicos, permitiendo combinar curvas de generación y maximizar el uso de recursos renovables en los edificios.
La sinergia entre ambos desarrollos es clave. “Anemoi determina la orientación, ubicación y zonas de mayor potencial eólico en la cubierta, mientras que Rosbi transforma ese conocimiento en generación eléctrica. De este modo, optimizamos cada instalación desde el inicio y aseguramos el máximo rendimiento energético”, señala Martín.
Estas dos soluciones son cien por cien desarrollos propios de Roseo, fruto de un trabajo de I+D que combina ingeniería, análisis de datos y diseño industrial. Gracias a ello, la compañía ha logrado una propuesta pionera que digitaliza la evaluación del viento urbano y materializa su aprovechamiento de manera estética, modular y eficiente.
Del desarrollo a la industrialización
La iniciativa Neotec del CDTI Innovación, cofinanciada con los fondos europeos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), ha supuesto un punto de inflexión para la empresa. Con esta ayuda, Roseo está desarrollando un plan estratégico de negocio que le permitirá pasar de la fase de desarrollo tecnológico a la industrialización y expansión comercial.
“Gracias al apoyo del CDTI a través de Neotec estamos consolidando un plan que nos permite dar el salto de la investigación a la industrialización. El objetivo principal es avanzar en la certificación e industrialización del aerogenerador Rosbi, estableciendo un proceso de fabricación local, sostenible y escalable que garantice su calidad, fiabilidad y competitividad”, explica la CEO.
El plan contempla también la evolución de Anemoi hacia un modelo SaaS (Software as a Service), lo que permitirá ofrecer su tecnología como un servicio digital, automatizado y accesible. “Queremos digitalizar completamente el análisis del recurso eólico urbano para hacerlo accesible, replicable y global”, añade Martín.
Prototipo de Anemoi en empresa industrial
Además, la empresa está construyendo una red de socios industriales y tecnológicos que actuará como motor de crecimiento y acelerará su expansión en España y en otros mercados europeos. “Este plan de negocio sienta las bases para consolidar a Roseo como un referente en energía eólica urbana, combinando innovación tecnológica, sostenibilidad y desarrollo económico”, destaca.
El apoyo de Neotec ha tenido también un impacto organizativo: “Nos ha permitido profesionalizar la estructura de la empresa, incorporar nuevo talento y consolidar un equipo multidisciplinar que combina perfiles técnicos, de gestión e innovación”, señala Martín. Además, según la CEO, esta ayuda “Ha sido determinante para pasar de la validación técnica a la tracción comercial, incrementando la visibilidad y el posicionamiento de Roseo en el ecosistema de innovación”.
Energía limpia con impacto social y urbano
La apuesta de Roseo va más allá de la innovación tecnológica. Su enfoque busca generar un impacto positivo tanto ambiental como social. “Queremos que los edificios se conviertan en protagonistas de la transición energética, sin perder su identidad ni su valor arquitectónico”, afirma Martín.
Rosbi aprovecha espacios urbanos infrautilizados, como las cubiertas de los edificios, y los convierte en puntos activos de generación renovable, sin alterar el paisaje ni generar apenas ruido o vibraciones. “Demostramos que la sostenibilidad y la arquitectura pueden convivir de forma elegante, práctica y rentable”, añade.
Cada proyecto, además, impulsa la creación de empleo cualificado local y promueve un modelo de producción de proximidad, reduciendo la huella de carbono asociada al transporte. En este sentido, las tecnologías de Roseo contribuyen directamente a varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente al ODS 7 (energía asequible y no contaminante), ODS 11 (ciudades y comunidades sostenibles) y ODS 13 (acción por el clima).
Retos y oportunidades de la eólica urbana
El mercado de la energía eólica urbana es todavía incipiente y Roseo se enfrenta al desafío de abrir camino. “El principal reto es cultural: dar a conocer que la energía eólica también tiene cabida en las ciudades”, explica Martín. “Es fundamental que, al formar una comunidad energética o planificar un modelo de generación, se contemple la minieólica como una alternativa viable y complementaria”.
A pesar de ello, las oportunidades son notables. Las políticas de descarbonización urbana y la creciente demanda de autoconsumo energético están generando un escenario favorable. “Creemos que la eólica urbana será el complemento natural de la fotovoltaica, aportando generación en momentos distintos del día y ayudando a avanzar hacia edificios de consumo casi nulo o incluso autosuficientes”, apunta la CEO.
Una mirada al futuro: hacia ciudades autosuficientes
De cara a los próximos años, la visión de Roseo es optimista: “Nos proyectamos como referentes europeos en energía eólica urbana, con Rosbi instalado en edificios públicos y privados de distintos países”, afirma la cofundadora. Paralelamente, la empresa prevé que Anemoi se consolide como una plataforma digital global para el análisis y monitorización del recurso eólico urbano.
Por parte de Roseo, el objetivo es claro: “Demostrar que el viento urbano es un recurso real, valioso y transformador capaz de impulsar un modelo de ciudad más inteligente, autosuficiente y sostenible”, concluye Martín.
CDTI Innovación
El Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, CDTI E.P.E. es la agencia de innovación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, cuyo objetivo es la promoción de la innovación tecnológica en el ámbito empresarial. La misión del CDTI es conseguir que el tejido empresarial español genere y transforme el conocimiento científico-técnico en crecimiento globalmente competitivo, sostenible e inclusivo. En 2024, en el marco de un nuevo plan estratégico, el CDTI proporcionó más de 2.300 millones de euros de apoyo a empresas y startups españolas.
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